sábado, 20 de enero de 2007

04 PESCADORES DE PERLAS

ENSAYO II
Por orden del Alquimista del Reyno
los jóvenes aprendices de orfebre
se sumergen en las aguas en busca
de perlas doradas.





8 DIÁLOGOS:

Anónimo dijo...

(Tomando sol en una roca con el pecho cubierto por dos estrellas de mar)

¡Ya no soporto tanto ruido, tanto humano nadando bajo el agua con toda su humanidad al descubierto!...
porque ¿os fijásteis chicas, que van desnudos?

Anónimo dijo...

OTRA SIRENA

(Se levanta y vuelve a recorrer el paisaje cubriéndose del sol con su bella mano desde donde cuelgan hermosas pulseras de perlas)

¡¡¡Están saqueando el mar, en un par de semanas no vamos a tener qué comer!!!

Anónimo dijo...

¿Dónde están los desnudos?

¿dónde dijeron?

nada por aquí, nada por allá

SPlaaAAAAssCCCchhhHHHcH (sonido de agua sobredimensionado)

(Se lanza un piquero hacia un remolino cercano a la roca y se ve como desparecen con ella un par de jóvenes buscadores de perlas)

Anónimo dijo...

(Cantando en voz alta muy aguda)

Dos más, dos más, dos más
que se van al fondo del mar,
dos más, dos más, dos más,
que no vuelven para contar...

Anónimo dijo...

(escondido de todo cuando vive)

¡¡¡¡Puchas que están guenas estas sirenas, toy que me acerco de carnada, pero putas el riesgo grande!!!!

mejor sigo de degenerado no más, me compro una revista porno en la esquina y me voy pa la casa...

Anónimo dijo...

Policía tritón de la marina

(Se oye una bocina ululante que se acerca a toda velocidad, un tritón con megáfono en una nave que se desplaza a casi medio metro sobre el nivel del mar, grita)

¡¡¡Alto ahí...
no se me mueve nadie en la Odisea!!!

¿Nadie?

no no no

repito

¡¡¡No se me mueve un alma en la Odisea!!!

¡¡¡Se ha reportado el robo masivo de perlas en la comunidad sirena... bellas, debéis iros a vuestras profundidades hasta que acabemos con los rufianes, esta es tarea para nosotros... se han abierto cajasfuertes en todas las secciones de ultramar para que guardéis vuestras joyas hasta nuevo aviso!!!

(las sirenas se lanzan al agua de inmediato porque sospechan que cuando habla capitán...)

Anónimo dijo...

(Aparece una negra cóncava nave -para estar al tono- que es el guardacosta del mar soberano que pertenece al reino Lear)

EL GUARDACOSTAS

Parece, señor Tritón, que aquí ha habido un malentendido y es mejor evitar un altercado. Si han saqueado vuestras arcas y riquezas, perlas y otros profundos y abisales portentos, si alguien ha querido hechar mano a una centolla o pez globo para comerlo, o, peor, un libertino a una de vuestras bellas sirenas,lo que ocuure es que en el reino hay alegrería y jolgorio, carnaval y juegos por doquier: os explico, se alarga, perdón, ejem, se acerca una boda, y es la boda real. Os aprovecho de invitar a vos y vuestra bellas señoritas las sirenas, que creo que sería buena ocasión para los habitantes de las profundidades y el litoral juntos gozar de vino, algas, y frutos de la tierra y el mar. El emnsaje es de nuesyro Rey Lear y os lo repito sin cambiar ni una falta de ortografía ni gramatical.

(Hace una venia y ofrece una pera en símbolo de sinceridad y amistad)

Es la pero de un olmo, que por fin hemos logrado cosechar. Es decir, somos buenos hortelanos, damos de comer y cultivamos lo imposible)

Anónimo dijo...

(Con las barbas al viento y voz colérica aunque un tanto suavizada por la idea de la fiesta de la boda real)

Vamos, formaos y caminad de las manos y mejor cubríos los pezones con estrellitas de mar, mirad mis bellas sirenillas que me han dicho que en este reino de Lear, andan las calenturas a la orden de Dioniso, que está noche no faltará a la fiesta, y ustedes conocen bien al cabrío: 40 sirenitas tengo en mi mar y 40 han de volver. O si no, maremoto o casus belli.

Las Sirenas cantan a coro:

O bello Odiseo no te habremos de olvidar y esperamos que tal vez desde tu lejana Itaca nos oigas tremolar y en tus noches con Penélope nos recuerdes y añores y tal vez en un sueño, junto a nuestras peña vuelvas otra vez a navegar, esta vez sin cera en tus oídos de mil ardides.

Y ahora a la fiesta de Laer, que él sí nuestros cantos ha de escuchar.